Una vez que hayamos instalado un Linux sistema operativo (Ubuntu, Debian, Mint, etc.), para usarlo solo tenemos que pulsar el botón de encendido del PC y esperar a que cargue el sistema operativo. Al igual que cualquier otro sistema operativo, como Windows. Sin embargo, el proceso de arranque es un proceso bastante complejo, y además se divide en varias etapas, cada una de ellas imprescindible para que nuestra distro arranque con éxito. Por tanto, si conocemos este proceso de arranque, será bastante sencillo identificar y solucionar cualquier posible problema al que nos podamos enfrentar.
Hay algunas distribuciones de Linux que están configuradas para que el proceso de arranque, arranque, está en modo verbose, es decir, mostrando en pantalla todos los comandos que se están ejecutando. Si bien es cierto que la mayoría, sobre todo las distros “fáciles”, tienen un splash en pantalla que nos impide verlo (aunque siempre podemos mostrarlo pulsando Esc para controlar el proceso).

Sin embargo, tanto en modo texto como con la imagen estática en pantalla, el proceso de inicio es el mismo. Y desde que pulsamos el botón de encendido hasta que podemos ver el escritorio pasamos por varias fases que detallaremos a continuación.
Fase BIOS/UEFI
Esta fase es la misma para todos los sistemas operativos. Este pequeño sistema, o firmware, se almacena en un chip en el tarjeta madre y es responsable de verificar que todos los componentes de la PC estén conectados y funcionando correctamente. Para ello, realice una POST (autoprueba de encendido) , verifica que estén conectados los periféricos necesarios para continuar (especialmente teclado), y ubica la unidad que hemos configurado como “boot”, donde estará el bootloader para continuar con la carga del sistema operativo.
Algunos de los errores que nos podemos encontrar llegados a este punto son los siguientes, y la mayoría de las veces están relacionados directamente con el hardware (sobre todo con los discos duros), por lo que se solucionan comprobando que los periféricos están bien conectados, o restableciendo la BIOS a fábrica ajustes:
- Corrupción de MBR.
- Tabla de particiones dañada.
- Corrupción de PBR.
- Corrupción en el sector de la bota.
- Disco corrupto.
- Corrupción de bootmgr.
Fase del cargador de arranque
En esta fase, el ordenador intentará acceder a la Registro de arranque maestro (MBR) o en el Tabla de partición guiada (GPT) del disco duro, dependiendo de la configuración del BIOS o UEFI. Si no se encuentra esta partición, directamente veremos un mensaje en el equipo indicando que no se encuentra el sistema operativo. En ese caso, tendríamos que comprobar la configuración de arranque de BIOS o UEFI, y si es necesario incluso reinstalar el SO para que se regenere el arranque.
Si se encuentra esta partición, lo siguiente que veremos será el menú de arranque de Linux, también conocido como “GRUB” (aunque puede haber otros gestores de arranque, como LILO). Aquí veremos todos los sistemas operativos que están instalados en la PC, así como otras entradas del gestor de arranque (diferentes kernel, opciones de recuperación, RAM analizador de memoria, etc.).

Elegiremos la entrada que queremos arrancar (Ubuntu, por ejemplo, para continuar con el arranque de Linux) y en la siguiente etapa comenzará la carga del propio Kernel.
Los errores que podemos encontrar en este punto son entradas corruptas dentro de GRUB . Y la forma de solucionarlo es utilizando un disco de recuperación (o una distro Linux Live que podamos cargar desde la RAM) para reparar el GRUB y hacer que las entradas apunten a los discos duros o particiones correspondientes.
Fase de inicio del kernel de Linux
Ahora viene la fase de arranque más importante: el Linux Kernel fase. Independientemente de la distro que utilicemos, todas ellas utilizarán una versión más o menos personalizada del kernel original de este sistema operativo. Por cuestiones de espacio y optimización, el Kernel se mantiene comprimido en disco, por lo que lo primero que hay que hacer es descomprimirlo en memoria para poder continuar.

El siguiente paso será la inicialización de todos los componentes. Para hacer esto, la mayoría de las distribuciones usan un controlador daemon llamado sistemad (aunque algunos usan alternativas como init.d). Lo que se hace en este paso es lanzar todos los procesos y servicios que forman parte del sistema y son esenciales para su correcto funcionamiento. Todos estos procesos permiten el funcionamiento del hardware y la sincronización de todos los componentes del sistema operativo, especialmente la memoria y los discos. Estos servicios seguirán funcionando después del proceso de inicio y se cerrarán en el momento en que se apague el sistema.


Además de los procesos y servicios esenciales de Linux, también se pueden cargar otros servicios personalizados (por ejemplo, un servidor que hayamos montado y configurado, como un SSH o un FTP).
A menos que hayamos hecho modificaciones al sistema nosotros mismos, es raro encontrar problemas en este punto. Arrancar el sistema con Systemd suele ser un proceso completamente automático y no requiere ninguna intervención de nuestra parte. Además, si algún demonio no se puede cargar, simplemente lo marcará como un error y pasará al siguiente. lo que puede pasar es que algunos demonios tardan muchos segundos en cargarse . Y entonces lo que debemos hacer es comprobar en qué punto se cuelga Systemd e intentar solucionar el problema deshabilitando el servicio, configurándolo correctamente o actualizando el sistema.
Fase final del arranque de Linux
En este punto, nuestra distro estará lista. Esto es cuando el "nivel de ejecución" entra la fase que indicará con un número el tipo de funcionamiento del sistema operativo según los servicios que se hayan cargado correctamente:
- 0 – Detener. Error crítico del sistema.
- 1 – Modo de usuario único.
- 2 – Modo multiusuario sin acceso a la red.
- 3 – Modo terminal multiusuario.
- 4 – Modo definido por el usuario.
- 5 – Modo multiusuario con entorno gráfico. Es el modo deseado y en el que intentará arrancar por defecto siempre
- 6 – Requiere reiniciar la computadora.
Suponiendo que hemos obtenido un “5” en el nivel de ejecución, entonces ya podemos ver la pantalla de inicio de sesión de nuestra distribución de Linux y podemos iniciar sesión. Una vez iniciada la sesión, tendremos el escritorio al alcance de la mano y podremos comenzar a trabajar. con la computadora libremente.

Podemos cambiar el valor de runlevel ejecutando en una terminal “telinit” seguido del valor que queramos. Por ejemplo, un valor “0” forzaría el apagado de un PC, mientras que un valor “1” solo nos permitiría usar Linux en modo monousuario.
También podemos ver el tiempo que tardó nuestra distribución en cargarse con el comando “systemd-analyze”:
